Mensaje de san Benito

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Biografía

SAN BENITO

Primer Fundador de Religiosos

Año 517

Benito significa: "Bendecido".

SU VIDA Y OBRA  San Benito nació en Nursia (Italia, cerca de Roma) en el año 480.  De padres acomodados, fue enviado a Roma a estudiar filosofía y letras, y se nota que aprendió muy bien el idioma nacional (que era el latín) porque sus escritos están redactados en muy buen estilo.

Todos los datos de su biografía los tomamos de la Vida de San Benito, escrita por san Gregorio Magno, que fue monje de su comunidad benedictina.

SU PRIMERA HUIDA  La ciudad de Roma estaba habitada por una mezcla de cristianos fervorosos, cristianos relajados, paganos, ateos, bárbaros y toda clase de gentes de diversos países y de variadas creencias, y el ambiente, especialmente el de la juventud, era espantosamente relajado.  Así que Benito se dio cuenta de que si permanecía allá en medio de esa sociedad tan dañada, iba a llegar a ser un tremendo corrompido. Y sabía muy bien que en la lucha contra el pecado y la corrupción resultan vencedores los que en apariencia son "cobardes", o sea, los que huyen de las ocasiones y se alejan de las personas malvadas.  Por eso huyó de la ciudad y se fue a un pueblecito alejado, a rezar, meditar y hacer penitencia.

PEQUEÑO PERCANCE  - SEGUNDA HUIDA  Pero sucedió que en el pueblo a donde llegó, obtuvo un milagro sin quererlo. Vio a una pobre mujer llorando porque se le había partido un precioso jarrón que era ajeno. Benito rezó y le dio la bendición, y el jarrón volvió a quedar como si nada le hubiera pasado. Esto conmovió mucho a las gentes del pueblo y empezaron a venerarlo como un santo.  Entonces tuvo que salir huyendo más lejos.

SUBIACO   Principios heroicos. Se fue hacia una región totalmente deshabitada y en un sitio llamado "Subiaco" (que significa: debajo del lago, porque había allí cuevas debajo del agua) se retiró a vivir en una roca, rodeada de malezas y de espinos, y a donde era dificilísimo subir.  Un monje que vivía por los alrededores lo instruyó acerca de cómo ser un buen religioso y le llevaba un pan cada día, el cual amarraba a un cable, que Benito tiraba desde arriba.  Su barba y su cabellera crecieron de tal manera y su piel se volvió tan morena en aquella roca, que un día unos pastores que buscaban unas cabras, al encontrarlo, creyeron que era una fiera.  Más luego al oírle hablar, se quedaron maravillados de los buenos consejos que sabía dar.  Contaron la noticia y mucha gente empezó a visitarlo para pedirle que les aconsejara y enseñara.

SUPERIOR CONTRA SU VOLUNTAD   Y sucedió que otros hombres, cansados de la corrupción de la ciudad, se fueron a estos sitios deshabitados a rezar y a hacer penitencia, y al darse cuenta de la gran santidad de Benito, aunque él era más joven que los otros, le rogaron que se hiciera superior de todos ellos.  El santo no quería porque sabía que varios de ellos eran gente difícil de gobernar y porque personalmente era muy exigente con los que querían llegar a la santidad y sospechaba que no le iban a hacer caso.  Pero tanto le rogaron que al fin aceptó el cargo de superior.  Con todos ellos fundó allí 12 pequeños conventos de religiosos, cada uno con un superior o abad.  Él tenía la dirección general de todo.

PRIMER ATENTADO    Cuando algunos de aquellos hombres se dieron cuenta de que Benito como superior era tan exigente, dispusieron deshacerse de él y matarlo. Y echaron un fuerte veneno en la copa de vino que él se iba a tomar.  Pero el santo dio una bendición a la copa, y esta saltó por los aires hecha mil pedazos.  Entonces se dio cuenta de que su vida corría peligro entre aquellos hombres, y renunció a su cargo; se alejó de allí.

TERRIBLES TENTACIONES   Al joven Benito le llegaron espantosas tentaciones impuras.  A su imaginación se le presentaban las escenas más corruptas y le llegaba el recuerdo de cierta mujer que él había visto hacía tiempo y sentía toda la fuerza de la pasión.  Rezaba y pedía ayuda al cielo, y finalmente, cuando sintió que ya iba a consentir, se lanzó contra un matorral lleno de punzantes espinas y se revolcó allí hasta que todo su cuerpo quedó herido y lastimado.  Así, mediante esas heridas corporales logró curar las heridas de su alma, y la tentación impura se alejó de él.

SU FUNDACIÓN MÁS FAMOSA   Con unos discípulos que le habían sido siempre fieles (san Mauro, san Plácido y otros), se dirigió hacia un monte escarpado llamado Monte Casino.  Allá iba a fundar su famosísima Comunidad de Benedictinos.  Su monasterio de Monte Casino ha sido famoso durante muchos siglos.

En el año 530, después de ayunar y rezar por 40 días, empezó la construcción del convento, en la cima del Monte.  En ese sitio había un templo pagano, dedicado a Apolo; lo hizo derribar y en su lugar construyó una capilla católica.  Luego, con sus discípulos, fue evangelizando a todos los paganos que vivían en los alrededores.  A través de los siglos han salido de ahí santos misioneros a llevar la santidad a pueblos y naciones.

San Benito realizó muchos milagros, y predijo varias muertes, incluso la suya propia.

UN DÍA EN LA VIDA DE SAN BENITO   Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos.  Pasaba horas y horas rezando y meditando. Jamás comía carne.  Dedicaba bastantes horas al trabajo manual, y logró que sus seguidores se convencieran de que el trabajo no es un rebajarse, sino un ser útil para la sociedad y un modo de imitar a Jesucristo que fue un gran trabajador, y hasta un método muy bueno para alejar tentaciones.  Ayunaba cada día, y su desayuno lo tomaba en las horas de la tarde.  La mañana la pasaba sin comer ni beber.  Atendía a todos los que le iban a hacer consultas espirituales, que eran muchos, y de vez en cuando se iba por los pueblos de los alrededores con sus monjes a predicar y a tratar de convertir a los pecadores. Su trato con todos era extremadamente amable y bien educado.  Su presencia era venerable.

SU FAMOSO REGLAMENTO: LA SANTA REGLA   Inspirado por Dios, escribió un Reglamento para sus monjes que llamó "Santa Regla".  Es un documento que se ha hecho famoso en todo el mundo, y en el cual se han basado los reglamentos de todas las demás comunidades religiosas en la Iglesia Católica.  Allí recomienda ciertos detalles como estos:

La primera virtud que necesita un religioso (después de la caridad) es la humildad.

La casa de Dios es para rezar y no para charlar.

Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.

El ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.

Nuestro lema debe ser: Trabajar y rezar.

Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato.

Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman.

Evite cada individuo todo lo que sea rústico y vulgar.  Recuerde lo que decía san Ambrosio: "Portarse con nobleza es una gran virtud".

Y los que vivieron con él afirmaban que todo lo bueno que recomienda en su Santa Regla, lo practicaba él en su vida diaria.  Con estos principios, su Comunidad de Benedictinos ha hecho inmenso bien en todo el mundo por siglos.

MORIR DE PIE, COMO LOS ROBLES   El 21 de marzo del año 543, estaba el santo en la Ceremonia del Jueves Santo, cuando se sintió morir.  Se apoyó en los brazos de dos de sus discípulos, y elevando sus ojos hacia el cielo cumplió una vez más lo que tanto recomendaba a los que lo escuchaban: "Hay que tener un deseo inmenso de ir al cielo", y lanzando un suspiro como de quien obtiene aquello que tanto había anhelado, quedó muerto.

Dos de sus monjes estaban lejos de allí rezando, y de pronto vieron una luz esplendorosa que subía hacia los cielos y exclamaron: "Seguramente es nuestro padre Benito, que ha volado a la eternidad".  Era el momento preciso en el que moría el santo.

En 1980 el santo padre Juan Pablo II nombró a san Benito como patrono de toda Europa, en el XV centenario de su nacimiento, porque ha sido el santo que más influencia ha tenido quizás en ese continente, por medio de la comunidad religiosa que fundó, y por medio de sus maravillosos escritos y sabias enseñanzas.


Mensaje: 

11 de Julio del 2012
Fiesta de San Benito

San Benito dice:  “Alabado sea Jesús.”

“He venido para informarles sobre una trampa segura a la que la gente permite que la lleve Satanás.  Algunas veces, cuando las personas se sienten seguras de su conversión personal en el momento presente, se vuelven demasiado críticas de los demás, ya sea de pensamiento o palabra.  Ésta es una actitud hipócrita, la cual no sirve para corregir el error sino que, en vez de eso, cierra los corazones a la corrección.”

“Si esta crítica excesiva se lleva a cabo solamente de pensamiento, es una forma de falta de perdón, lo cual, como saben, es un obstáculo entre el corazón humano y el Corazón de Dios.”

“Cuando adviertan errores en otra persona, recen una rápida jaculatoria tal como:  ‘Espíritu Santo, ilumíname’.  Entonces sabrán qué tanto decir y cuándo decirlo.”