Mensajes de san Juan Pablo II

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Biografía

SAN JUAN PABLO II  
SUCESOR 263 DE SAN PEDRO
Karol Józef Wojtyła, nació en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920. A los 21 años, ya habían fallecido sus padres y sus dos hermanos.

A partir de 1942, tomó clases en el Seminario clandestino de Cracovia. Cuando terminó la II Guerra Mundial, continuó sus estudios en el Seminario Mayor de Cracovia, y en la Universidad Jagellónica.  Fue ordenado sacerdote en Cracovia en 1946.  En 1948, obtuvo el Doctorado en Teología en Roma.  En 1958 fue nombrado Obispo Titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia, por Pío XII.  En 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le nombró Cardenal el 26 de junio de 1967.  Participó en el Concilio Vaticano II (1962-1965).

Fue electo Papa el 16 de octubre de 1978.  Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó su Pontificado que duró casi 27 años.  Ejerció su ministerio con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la "sollicitudo omnium Ecclesiarum" y por la caridad abierta a toda la humanidad.  Él mismo contribuyó a la caída de algunos regímenes. Más que todos sus predecesores se encontró con el Pueblo de Dios y con los responsables de las naciones, en las celebraciones, en las audiencias generales y especiales y en los 250 viajes apostólicos por todo el mundo.  Inició en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud.  Inauguró en 1994 los Encuentros Mundiales de las Familias.  Promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración.  Promovió la renovación espiritual de la Iglesia con el rezo del Santo Rosario y la Adoración Eucarística.  Proclamó 482 santos y 1338 beatos, para mostrar ejemplos de santidad que sirvieran de estímulo a la humanidad.  Proclamó Doctora de la Iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús.

Escribió 14 encíclicas, exhortaciones apostólicas,  constituciones apostólicas y cartas apostólicas.  Además de las catequesis propuestas en las audiencias generales y de las alocuciones pronunciadas en todas partes del mundo.  Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales;  y reorganizó la Curia Romana.  Dejó al mundo un testimonio admirable de piedad, de vida santa y de paternidad espiritual.

Falleció el 2 de abril de 2005, a las 21:37, mientras concluía el sábado, y ya se había entrado en la octava de Pascua y Domingo de la Misericordia Divina.  El 1° de mayo del 2011, Su Santidad Benedicto XVI lo proclama Beato, en una solemne ceremonia en la Plaza de San Pedro.  El 27 de abril del 2014, Domingo de la Divina Misericordia,  el Papa Francisco lo proclama santo.


Mensajes: 

9 de Agosto del 2008
Mensaje Público

Su Santidad Juan Pablo II dice:  “Alabado sea Jesús.”

“Mis hermanos y hermanas, ustedes están viviendo en un tiempo sin precedentes por las maneras en que el mal se manifiesta en el mundo, aunque pasa inadvertido y sin reconocerse.  El mismísimo corazón de la Iglesia ha sido sacudido por el escándalo y debilitado por el liberalismo, todo debido a malas decisiones de parte de unos cuantos.”

“Ustedes deben ser fuertes guerreros de la verdad.  Apoyen la Tradición de la Fe.  Permanezcan cerca de los sacramentos.  Formen a los jóvenes en el amor a Dios y en las verdades de la fe.  Necesitarán toda la fortaleza que da el vivir una vida llena de fe para perseverar en los días por venir.”

22 de Agosto del 2008
Mensaje Público

El Papa Juan Pablo II dice:  “Alabado sea Jesús.”

“No te sorprendas de que el Cielo haya venido a defender estos mensajes y esta Misión.  El Amor Santo es el camino para la unidad entre toda la gente y todas las naciones.  El Amor Santo es la única paz duradera.  No se le deben oponer, ¡más bien se le debe abrazar como la solución para los males de la tierra!”

30 de Octubre del 2011
Mensaje Público

El beato Juan Pablo II dice:  “Alabado sea Jesús.”

“Los santos nunca hubieran logrado la santidad si no hubieran deseado la santidad personal.  No tan sólo desearon la santidad, sino que ardían con el deseo de crecer en santidad.  Nunca estuvieron complacidos ni satisfechos en su viaje espiritual.”

“La diferencia hoy en día es que son pocos los que alimentan este deseo en sus corazones.  Cuando surgen dificultades, los problemas los consumen.  La Voluntad de Dios no forma parte de sus corazones.  Muchas oraciones se vuelven inútiles porque se ofrecen por temor y preocupación en vez de ofrecerse por confianza.”

“El deseo de una relación cada vez más profunda con Dios necesita comenzar con el Amor Santo, el cual invita a una rendición de la libre voluntad.  Cuando la libre voluntad se somete a la Divina, Dios inspira al alma a alejarse del amor al mundo y todas sus trampas, para que ame a Dios y al prójimo.  Mientras más se rinda el alma, más desea la santidad.”

22 de Octubre del 2014
Fiesta de san Juan Pablo II

San Juan Pablo II llega, y dice: “Alabado sea Jesús.”

“Vengo a ustedes no solamente como pontífice, sino como sacerdote. Yo les digo que este es un tiempo en la historia en que el Papa debe hacer avances para unir a la Iglesia en la verdad. Dentro de los corazones hay facciones peligrosas que plantean la creencia en la vida sacramental como una opción; no obstante las almas podrían participar de los Sacramentos pese a la falta de fe.”

“Por supuesto que esto es cierto hoy en día en muchos casos individuales; pero me estoy refiriendo a una época en que la fe ya no será un prerrequisito general para una vida sacramental.”

“Recen por este Papa y por todos los obispos y cardenales. Recen a María, Protectora de la Fe.”

Lean 1ª Timoteo 2:1-4
Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Romanos 1:32
Y a pesar de que conocen el decreto de Dios, que declara dignos de muerte a los que hacen estas cosas, no sólo las practican, sino que también aprueban a los que las hacen.
(Citas tomadas de la Biblia en línea de www.vatican.va)